Cómo lograr que los menores hagan un uso responsable de las
nuevas tecnologías.
Hay algunos factores como la inmediatez en la información, la buena calidad de las imágenes o la facilidad de uso que propician que los niños y los adultos se enganchen a estas nuevas tecnologías con facilidad. El peligro no reside en su uso, sino en un consumo excesivo y abusivo que puede provocar problemas de atención, trastornos de aprendizaje, dificultades para entablar relaciones, obesidad, o la cada vez más extendida adicción a las nuevas tecnologías.
Así pues, no se trata de frenar la curiosidad de los niños, pero entre la carencia de estímulos y la saturación se tiene que encontrar un punto de equilibrio y sensatez. Para ello, el adulto tiene que establecer orden y control.
¿Cómo hacer un buen uso de las pantallas?
- En el caso de los más pequeños, es importante filtrar y supervisar los contenidos y, así, controlar qué ven y a qué juegan. Los niños sólo deben tener acceso a contenidos adecuados y siempre teniendo en cuenta su edad. En muchos juegos y películas es habitual ver escenas violentas y de lucha, acciones que los niños suelen imitar después en sus juegos. Existe el peligro de generar cierta tolerancia hacia las conductas agresivas como forma de relación o solución de conflictos. Es interesante remarcar los valores positivos que interesa inculcar a los niños, como la amistad, la superación de dificultades y retos, etc.
- La supervisión y la seguridad se tendrán que ir revisando en función de la edad, ya que el acceso a los contenidos y el dominio de la herramienta también irán variando.
- Es importante controlar el tiempo que nuestros hijos pasan delante de las pantallas. Se tiene que estipular un tiempo de utilización, que se puede pactar con anterioridad, y avisar al niño con antelación de cuando tiene que dejar la pantalla. Es aconsejable procurar que coincida con el fin del programa o del juego.
- Debemos favorecer una buena higiene visual y postural. Siempre mantener una distancia correcta de la pantalla y facilitar que los ojos trabajen tanto de cerca como de lejos.
- Sugerir a nuestros hijos otros usos para las nuevas tecnologías; no sólo el aspecto lúdico, sino también su utilidad para satisfacer curiosidades, buscar imágenes, escuchar música o aprovechar recursos educativos.
- Acompañar y participar con nuestros hijos en el uso de los nuevos gadgets tecnológicos, para poder explicar y comentar lo que aparece en la pantalla y preguntar o proponer otros puntos de vista. En definitiva, ayudar a entender y a diferenciar entre realidad y fantasía. Un buen rato de entretenimiento y diversión también puede permitir pensar y desarrollar la imaginación y la creatividad. Es interesante remarcar los valores positivos que interesa inculcar a nuestros hijos.
- También podemos ayudar a desarrollar el sentido crítico de los niños fomentando discusiones sobre lo que está mirando o haciendo, puesto que, a menudo, consumen mucha información sin valorar el mensaje.
- En ningún caso, el uso de las nuevas tecnologías tiene que sustituir la lectura de un cuento o un libro. Especialmente, si la lectura se hace acompañado de un adulto; los niños necesitan el contacto físico y emocional propio de las relaciones sociales. Los gadgets tecnológicos no se pueden utilizar como si fueran canguros, con el fin de que el niño esté tranquilo y controlado. Hay muchas actividades que se pueden realizar mientras el adulto está ocupado, y que sólo requieren un mensaje verbal. Nunca se debe olvidar el beneficioso efecto de una palabra bonita, un gesto, una caricia, un abrazo o un beso.
Finalmente, hay que tener en cuenta que los adultos son los modelos a imitar, y por lo tanto, será importante el uso que hagan de las nuevas tecnologías, como ejemplo para los niños.
Fuente: Blog ElenaEduca
Fecha de publicación: 04/02/2012
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